Diario secreto de un jusky de la nieve

Me llamo Hugo. El perro de Donmanué. Vivo en el Fontanal, tal vez recuerdas mis ladridos. Si oyes ruidos en la noche  no preguntes lo que fue.

Hoy estoy un poco triste. Porque soy un jusky de la nieve al que le gusta ladrar cuando el equipo de mi amo  marca un gol. Y resulta que hoy no juega el equipo de mi amo. Juegan los otros.  Una cosa que llaman final de copa, que no sé muy bien qué es pero sí sé que pone a mi amo triste, así que no puedo ladrar ni dar cabriolas. Hace mucho tiempo que no las doy, porque el equipo de mi amo no va muy bien. Sin embargo, los otros… Si mi amo me hubiera enseñado a dar cabriolas cuando ganan los otros, yo sería un perro muy feliz.

Esta noche me sentaré en el salón, junto a mi amo, y esperaré a ver qué hace. Si se acuesta enfadado, ya sé que no debo ladrar ni saltar. Si veo que se pone alegre y saca el champán, a lo mejor me sube a la azotea y allí puedo corretear, brincar y ladrar a gusto. Pero ya me ha pasado otras veces, que los otros han jugado otras finales y mi amo ha acabado guardando otra vez el champán, y yo me he tenido que esconder en mi caseta de perro, taciturno y desconsolado.